Sinceramente, para mí no es nada
fácil responder a la pregunta de porque decidí estudiar medicina, ya que hoy
después de 6 años de carrera sigo sin saber los motivos que me empujaron a
entrar en esta carrera. Lo que sí sé, es que fuesen cuales fuesen esos motivos
mi elección fue la adecuada. Siempre he sido una persona muy
insegura, y cuando tuve que elegir un tipo de bachiller, sin duda escogí el de
salud porque pensé que era lo mejor para así cerrarme el menor número de
puertas posibles, ya que no tenía ni idea de que era lo que iba a hacer. Pensé
que tenía dos años todavía y que podría decidirme en ese tiempo, pero el tiempo
se iba acabando y yo aún no me había decidido.
Tenía en mente muchas carreras y
todas me parecían igualmente validas, me veía en todas y no me veía en ninguna
y lo más curioso de todo es que en ningún momento pensé en la medicina como una
de ellas. Como muchas otras personas al final me decidí por escoger una al azar
ya que no había nada que me llamara la atención y acabé matriculada en derecho
y periodismo en el CEU de Madrid (seis largos años de una carrera que hoy me
parecería imposible de hacer). Así pues, parecía que ya había decidido que iba
hacer con mi futuro, y aún así yo no estaba contenta, había algo en mi interior
que me decía que eso no era lo correcto. Entre tanto, empecé a estudiar los
exámenes para la selectividad y recuerdo que una mañana mientras estudiaba
biología, me pregunte ¿de verdad voy a estudiar 6 años de derecho?, si la
biología siempre me ha gustado ¿Por qué no estudiar entonces medicina? Y tal y
como esa pregunta surgió en mi cabeza me di cuenta de que era lo que tenía que
hacer, así que se lo dije a mi madre (que se echó las manos a la cabeza) y así
comenzó mi historia con la medicina.
Durante los primeros dos años lo
pase francamente mal, ya que veía a todos mis compañeros ilusionadísimos por
estudiar algo que llevaban esperando, la mayoría desde pequeños, y yo me
encontraba totalmente perdida y sola, ya que acostumbrada a estudiar siempre en
el último momento y bajo la ley del mínimo esfuerzo ahora tenía que estudiar de
verdad y me preguntaba constantemente si todo ese esfuerzo se vería
recompensado, o si estaba esforzándome en algo que al final no iba a gustarme.
Me aterrorizaba pensar que era a eso a lo que me iba a dedicar de por vida, ¿y
si no me gustaba al final?, sin embargo, aunque soy una persona insegura, odio
rendirme asique abandonar no estaba en mi cabeza.
Pasados esos dos primeros años y
coincidiendo con el inicio de nuestras prácticas en el hospital, empecé a
relajarme, deje de preocuparme tanto por el futuro para comenzar al vivir el
presente, y así fue como empecé a disfrutar de esta maravillosa carrera, de
todas la posibilidades que ofrece y que estaban todas a mi alcance. Ahora que voy a acabar ya esta magnífica
etapa de vida, me siento exactamente igual que esa niña de 17 que tenía que
escoger una carrera, solo que ahora toca escoger una especialidad. Igual que
entonces pensé que 6 años serian suficientes para decantarme por algo con
seguridad, pero aquí estoy sin saber qué es lo que voy a terminar haciendo. No obstante, existe una gran
diferencia porque sé, que escoja lo que escoja va a ser una gran elección, ya
que por fin he encontrado mi camino y puedo decir con total seguridad que ante
todo quiero ser una gran medico.
Rosa Mª Vega Rodríguez. 6º medicina. Hospital Universitario Virgen de Valme.
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