Sí, desde muy pequeña lo imaginaba, lo soñaba, lo
sabía…, quería ser médico. Pero, ¿por qué médico?, esta pregunta fue cambiando
con los años que cumplía. Cuando era una niña simplemente era mi juego
favorito, me quedaba con las recetas y las cajas vacías de los medicamentos que
había en casa y montaba mi pequeña consulta para curar a mis muñecos. Además,
me encantaba decir que sería médico de mayor, lo decía siempre muy decidida,
convencida, segura de que lo sería porque así lo sentía. Conforme pasaban los
años, esa fascinación que me producía la medicina como juego, fue cambiando, me
gustaba la ciencia, mis asignaturas preferidas eran ciencias naturales,
química, biología y evidentemente sin ninguna duda escogí el bachillerato de
ciencias. Y después de haber hecho la famosa selectividad, llegó el día de la
elección de comenzar mi sueño, mi objetivo: estudiar medicina. A pesar de mi
buena nota, mis padres me decían que pusiera otras opciones, otras posibles
carreras por si acaso no podía ser medicina. ¿Qué podía no ser medicina?, eso
no entraba en mis planes, era impensable para mí, sería medicina o medicina, no
iba a ser otra cosa. Y lo demostré.
No me dieron medicina en aquella primera
adjudicación, y sin pensármelo dos veces, me dije: pues repetiré selectividad
para sacar más nota y si no es este año será el próximo, pero voy a ser médico.
Así lo hice, repetí selectividad aún sabiendo que eso ya no repercutiría en ese
año, pero no me importaba, necesitaba esa oportunidad de poder estudiar
medicina, no era justo que no la tuviera. Sin embargo, mi destino me no era
esperar otro año, pues después de una segunda adjudicación me dieron medicina
en Cádiz, y lo que era aún mejor, en la tercera me dieron medicina en Sevilla. El
principio de mi objetivo comenzaba. Puede que un primer momento, cuando tenía 17 años, lo
que más me interesaba de la medicina eran los conocimientos, aprender el porqué
de las enfermedades, cómo diagnosticarlas y cómo tratarlas. Despertaba tanta
curiosidad en mí, como la de un niño cuando empieza a comprender el mundo que
le rodea y se pasa el día preguntándole el porqué de todo a sus padres. Sin embargo,
a medida que fui adquiriendo esos conocimientos, me daba cuenta de que todos
esos datos, toda esa cantidad de información me resultaba vacía sin la
verdadera esencia de lo que para mí es la medicina: ayudar a las personas.
No fue hasta tercero de carrera, cuando entré en el
hospital, cuando de verdad me di cuenta y me sentí tan feliz de mi
elección. El hecho de que una persona
venga a ti buscando ayuda, mejoría, o simplemente compresión por su situación
me parecía lo más maravilloso que me podía pasar. Sentirme útil para los demás,
poder darles lo mejor de mí, sí, sabía que era eso a lo que quería dedicar mi
vida. Gracias a las prácticas en el hospital he ido aprendido, no solo ver la
teoría de las enfermedades que obviamente resulta necesaria, sino a cómo tratar
a esas personas que llegan a un hospital asustadas, preocupadas, doloridas,
etc. y mi visión personal es que además de un buen diagnóstico y tratamiento
(médico o quirúrgico), es esencial una muestra de afecto, de respeto, de
cariño, de comprensión, y que ese momento es tan gratificante para el paciente
como para el médico.
Ahora seis años después, aunque las motivaciones siguen
siendo las mismas en esencia, se han sumado otras muchas que hacen que la
medicina cada vez me parezca más bonita y que me sienta más cerca de ella, más
partícipe y por supuesto con muchísimas ganas e ilusión por poder empezar un
nuevo camino practicando la misma. Y sí, aunque ha sido un camino duro, lleno
de obstáculos difíciles de saltar, me siento muy orgullosa de mi elección, y lo
haría mil veces si fuera necesario, para cumplir mi sueño.
Alumna de 6º de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sevilla.
Alumna de 6º de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sevilla.
Me alegra haber leído esto. Yo estoy en plena selectividad y Medicina es ni sueño. Mi vida. No quiero dedicarme a nada más que no sea eso. Pero no se si me llegará la nota porque necesito un 13. Y se me está haciendo cuesta arriba. Tengo un 9 en 1 bach y un 9.8 en 2nd...espero conseguirlo. Me sirvió de motivación tu artículo.
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