Cuando tienes 18 años no te haces ni la mas remota idea de lo que supone trabajar como médico, y menos si no tienes ningún referente de esta profesión en tu familia del que puedas tomar ejemplo, como es mi caso. Desde pequeña me han enseñado a esforzarme, sacar el máximo de mí e intentar ser la mejor en cualquier cosa que hiciera. No sabía si era mejor en una cosa u otra y no sabía si me gustaba esto o aquello, lo que sí sabía era que eligiese lo que eligiese iba a dar el máximo de mí y lo iba a sacar como fuese, porque me han enseñado a no rendirme y a cumplir el objetivo que me proponga. Creo que ésta fue una de las razones por las que no sabía si medicina la había elegido por puro azar, porque ser médico es una buena profesión o porque medicina realmente me gustaba. Estaba hecha un lío, de hecho mis otras opciones ni siquiera tenían relación con el ámbito de la salud.
¿Habré elegido bien? Me repetí esta pregunta mil veces, hasta que empecé las prácticas en el hospital. Sentí que era mi sitio, que quería pasar horas y horas de mi vida en aquel jaleo de gente, escaleras arriba escaleras abajo… He visto pacientes besar a médicos en la mano por lo agradecidos que estaban, he visto a abuelas alegrarle el día al médico con sus piropos, incluso he visto como una mujer lloraba pidiendo por favor que no le dieran de alta porque quería quedarse en el hospital antes que volver a la residencia porque es donde realmente recibía cariño, he visto caer lágrimas de alegría por parte de familiares de enfermos, he visto como dan las gracias una y otra vez a los médicos… y todo por realizado su trabajo. Sé que no todo es color de rosa y que quizás esto solo sea al principio, pero en esos momentos te tienes que sentir como si lo fueses todo, lleno de satisfacción y de ilusión por seguir mejorando; y yo quiero sentir eso algún día. Quizás en este momento tenga una visión parcheada de la realidad, porque todavía no he empezado a trabajar, pero me gusta intentar solucionarle problemas a los demás, me gusta hablar y tratar con la gente, creo que es una de las profesiones más reconfortantes que existen, quiero y creo que estoy preparada para asumir la responsabilidad que supone esta profesión. Ahora sí puedo decir que me apasiona, ahora sí puedo decir que elegí bien, ahora sí puedo decir con total seguridad que quiero ser médico.
Te enseñaron a ser la mejor. En los ejemplos que pones se lee que quiere que te besen la mano, que te echen piropos, que lloren por que los cuides, que te den las gracias una y otra vez y te recuerden que eres la mejor, necesitas serlo.
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