La verdad que desde pequeño me ha apasionado la naturaleza, tenía una cierta atracción por el conocimiento de ella en todos los terrenos, y en especial por la naturaleza humana, la cual tuve la oportunidad de acrecentar al tener la grandiosa oportunidad de poder estudiar medicina en Sevilla, mi ciudad natal.Mi padre también influyó bastante en mi decisión de escoger medicina puesto que él también lo es, y desde pequeño siempre me ha enseñado tanto de forma indirecta como directa ha amar la más bonita de las profesiones con sus explicaciones razonadas y fáciles de entender, que me hacía creer más en estos conocimientos y en donde se puede experimentar todo tipo de sensaciones vitales.
La carrera fuera del marco romántico del conocimiento de la naturaleza humana en su contexto integral y completo, es dura y laboriosa, lo cual me parece normal, de nosotros depende de que alguien pueda sanar o por lo menos ayudar a la sanación y no entorpecerla.Mis primeros años fueron difíciles lleno de dudas, con la sensación de tener que hacer bastante esfuerzo para superar mis metas, aunque me gustaba lo que estudiaba en algunas ocasiones me cansaba y también pensando en lo que me quedaba por delante.
Los años pasaban y me daba cuenta de que todo salía bien con esfuerzo y dedicación al igual que en casi todos los aspectos de la vida y mi amor por la medicina crecía con más fuerza superando las dificultades. Después de seis años, haciendo memoria retrospectiva, me doy cuenta de la gran labor realizada año por año, la cual he podido disfrutar con el aprendizaje de la medicina y también a la gran cantidad de compañeros que más o menos conociéndolos, destaco la gran calidad humana que desborda en ellos y que a lo mejor en otras carreras no encontraría tan fácilmente. Cabe destacar mis últimos 3 años en el Hospital de Valme que aunque la gente siempre critique su cierta lejanía con respecto a la ciudad de Sevilla es un lugar encantador puesto que no siendo es un hospital “a lo grande”, deja florecer la familiaridad y el trato amable de los médicos con los estudiantes a la hora de las prácticas y también el tenerlo todo a la mano facilita la comunicación y fácil manejo, haciendo que aprendamos mejor a desenvolvernos y a fijar de forma práctica nuestros conocimientos de clase.
Mirando hacia delante me doy cuenta de que el futuro que me espera con la situación económica especialmente de nuestro país es mucho peor de cuando empecé la carrera y mis aspiraciones con respecto a mi futura profesión se acotan y limitan en este sentido. Esto como todo el mundo sabe hace que la producción de médicos en nuestro país pueda derivarse a buscar la salida profesional en otros países lo cual es una pena ya que considero que los médicos españoles somos de los mejores formados y debemos aprovechar esto para nuestra sociedad. En general, a pesar de las dificultades no me arrepiento para nada de haber estudiado medicina puesto que hoy en día a pesar de la crisis es una de las profesiones que siempre es necesaria y fundamental y que estoy seguro que con el tiempo la situación en nuestro país va a cambiar y la situación para los médicos será mejor o eso espero… pienso que es una profesión que a mi parecer ha decaído en cuanto a su reconocimiento social y por eso debemos de aportar cada uno nuestro grano de arena para que se nos reconozcan como profesionales muy fundamentales para la sociedad y que nuestros conocimientos y dedicación integral a las personas sean mejor reconocidas.
Por último y como resumen final pienso que mi decisión de estudiar medicina era un pilar de madera cuando empecé y que la experiencia y el trabajo personal ha hecho que se convierta en un pilar de hormigón armado difícil de cuestionar, a pesar de la dificultades presentes y futuras que vivimos en la sociedad actual.
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