En mi caso quiero ser médico desde muy pequeño y eso que no tengo ningún familiar cercano que lo sea, y que me haya influido para estudiar medicina.
Los motivos son muchos y se suceden cronológicamente .Vengo de una familia extremeña que se dedicaba a la ganadería y mi abuelo era carnicero. Desde pequeño mi abuelo me explicaba todos los órganos de los cerdos, ovejas y otros animales debido al gran interés que yo mostraba, cuando él estaba haciendo su trabajo y yo le veía. Me encantaba que me contara el funcionamiento de los mismos y cómo se llamaba cada tejido que él me enseñaba, explicación que yo atendía con admiración.
Lejos de asustarme o darme asco yo los cogía, observaba
y preguntaba si eso mismo teníamos nosotros dentro de nuestro cuerpo. Mi abuelo
sorprendido me razonaba que no eran exactamente iguales pero que los órganos
del cerdo eran muy parecidos a los de los humanos. Desde ese momento mi interés
se centró en el cerdo y no precisamente
por su rica pata que a todos nos gusta. Esta experiencia,
yo creo que es muy importante y que ha sido la base de por qué me he fijado
en esta carrera tan ESPECIAL. Pienso que si no se hubiera dado esa condición,
probablemente nunca hubiera descubierto esta vocación, esta idea fija que me impulsado a esforzarme en todas las
acciones encaminadas a conseguirlo.
Posteriormente en el colegio e instituto la
asignatura que más me gustaba y atraía era la parte de la biología que se
encargaba del estudio de los seres humanos, reforzándose en mí la idea de
querer dedicarme al estudio y cuidado de las personas toda mi vida. Estas ideas tan claras permanecieron en mi latentes hasta 2º de bachillerato, momento en el cuál
dude si hacer otra carrera debido al gran sacrificio y esfuerzo que suponía una
formación de más de 12 años . Pero un día me desperté con una idea clara que
era la de que quería sentirme útil en la vida, ayudar a las personas en el aspecto
más importante que para mí es la salud. La medicina reunía todos lo que yo
buscaba y la fijé en mi pensamiento como meta.
Los primeros años de la carrera fueron para mí un
poco decepcionantes, ya que estudiamos muchas cosas que yo no me esperaba y de una
manera muy poco práctica. Eso de que la vida de estudiante es la mejor creo que
podría aplicarse a otras carreras, con todos mis respetos pero a la de medicina
no tanto… He visto como amigos estudiantes salían de fiesta, viajes e
innumerables eventos, mientras yo tenía exámenes, prácticas o algún otro motivo
por el que no podía hacerlo.
Una vez que fui
superando cursos cada vez me gustaba más y el adscribirme al Hospital
Universitario Virgen de Valme supuso un
fuerte estímulo para mí ya que tanto las
asignaturas como las prácticas me
gustaron mucho. Ahora llegando al final del camino miro atrás con
cierta nostalgia. Pese al gran sacrificio que me han supuesto estos 6 años,
tengo clarísimo que no me he equivocado de camino, que estoy donde quería estar
y que pronto me estaré dedicando a lo que siempre he querido, gracias al
trabajo, constancia y esfuerzo que estos años he tenido que realizar.
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