Los alumnos de la Facultad de Medicina de Sevilla reflexionan sobre las razones y las emociones que los motivan para estudiar medicina. Se invita a participar en el mismo a estudiantes de otras Facultades de Medicina u otras personas interesadas en participar en el mismo con sus comentarios (Students of the Faculty of Medicine of Seville reflect on the reasons and emotions that motivate them to study medicine. Are invited to participate in the students from other medical schools or other interested persons to participate in it with your comments). (Pablo Bonal Pitz).

"Quería ganarme la vida ayudando a la gente, y pensaba que esa era la única profesión que cumplía esto

Yo desde que recuerdo siempre quise estudiar medicina. Bueno, cuando me propuse en serio qué quería ser de mayor, porque de muy pequeña quería ser modelo o peluquera.
La primera razón por la que quería ser médico, era porque quería ganarme la vida ayudando a la gente, y pensaba que esa era la única profesión que cumplía esto. Ya más tarde descubrí que hay muchas más...pero a mí ya me había entrado el gusanillo de la medicina.
No tenía a nadie de mi familia que la hubiera estudiado, pero creo que mi madre me influyó un poco cuando me contaba que si hubiera podido estudiar, hubiera hecho medicina. Ella tenía unos libros que yo creía eran "muy de medicina", pero no me dejaban verlos porque eran muy fuertes para mí (claro, eran libros sobre el parto, y muy ilustrados). Eso no sirvió de nada, yo los miré de igual forma y me encantaron, me parecieron fascinantes, y empecé a tener curiosidad por el cuerpo humano.
Al tiempo empecé a dar en el colegio el cuerpo humano, y recuerdo que antes de empezar el curso, cuando ya tenía los libros, los primeros que ojeaba eran los cuadernillos del cuerpo humano.
Guardé esos libros para cuando estudiara medicina, inocentemente pensaba que me iban a servir mucho...aún los tengo, son la mar de entretenidos. Esto sería como mucho sobre los nueve o diez años, porque el primer libro que tengo guardado es de 5º de primaria.
Durante todo ese tiempo me ha fascinado siempre la figura del médico y la medicina. Me encantaba ir al centro de salud y curiosear todo aquello, me tragaba entera la serie "la vida es así", cuando nos ponían las vacunas en el colegio yo era de las que miraba las agujas y los instrumentos (aunque a última hora cerraba los ojos), cuando me ponían videos en el colegio sobre algo relacionado con la medicina (¡una vez me pusieron una endoscopia!), no me dormía como con los vídeos de los animales...
Una vez se desmayó mi abuela porque se le paró el marcapasos, aquí tenía nueve años llamamos a una ambulancia y mis primos mayores nos metieron dentro de una habitación para evitarnos la escena, pero cuando sentí llegar a los médicos, abrí la puerta un poquito y vi la camilla, unos aparatos muy raros, y a dos hombres muy seguros ayudando a mi abuela, que se había recuperado antes de su llegada. Me fascinó, ¡yo quería ser como ellos!
Pasó el tiempo y llegué a la ESO, y no cambié de opinión. Me daba coraje que nos dieran ciencias naturales con las tonterías de las plantas, los animales, el medio...y todo ese rollo, y le dedicaran muy poca parte al cuerpo humano y a la célula.
Nos hicieron un test para elegir bachillerato, y en ciencias de la salud saqué un 93%.
Creo que si alguna vez he dudado ha sido al final de bachillerato, pero ha sido por miedo: a no sacar la nota en selectividad, a tomar un camino muy distinto al que tomaba mi hermana (es que somos gemelas y siempre hemos estado juntas), a pensar que sería una responsabilidad demasiado grande para mí...y por último, cuando ya tenía mi nota y sabía que iba entrar, a lo larga y sacrificada que era.
Pero al final, cuando tuve que hacer la preinscripción y llegó la hora de la verdad, puse medicina en Sevilla, Córdoba, Cádiz, Granada...y en Pekín no porque no hablaba chino, que si no también. :)
Ahora estoy a punto de acabar la carrera, y aunque no me equivocaba en que es una carrera larga y sacrificada, no me arrepiento para nada de haber luchado tanto por entrar en ella, y de haberlo hecho.
He descubierto nuevas cosas sobre ella, entre otras que es una carrera que está muy idealizada, y que eso hace que por una parte, te sientas feliz de estudiar algo que todo el mundo ve muy bien, pero por otra, te disgustas con los tópicos que existen de la carrera y que la gente te repite siempre como borregos, y como no, con las cosas que tú no imaginabas que iban a ser así.
Aunque me sigue dando un poco de miedo lo sacrificada que es, lo que me queda aún hasta ser médico, médico (terminar la residencia vamos) y la responsabilidad que tiene, cada vez que miro esos libros y recuerdo todo lo que he contado, se me va el miedo y la tontería, y pienso que como me dijo mi tutor de segundo de bachillerato hace algunos años cuando ya estaba en medicina,"yo he sabido elegir mi carrera".
Un saludo.

Rosario Mejías

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