En realidad no sé muy bien porque escogí medicina, durante todos mis años de instituto tenia muy claro que lo mío era la química y el trabajo de laboratorio. Cuando llegue a 2º de bachillerato mi cabeza era un caos, mis opciones iban desde la química, hasta una ingeniería pasando por arquitectura o derecho y por supuesto también la idea de hacer medicina. No sé muy bien cuando me decidí, ni siquiera se si tome la decisión conscientemente, pero el día de rellenar la solicitud marque medicina y ni siquiera porque quisiera hacer medicina, sino porque pensaba hacer hasta tercero y pasar luego a bioquímica. Pero ya tenía yo en mente que quizás lo mío fuera la medicina legal.
Así entré yo en primero de medicina y la verdad es que los dos primeros años no lo tenía nada claro pero llegó tercero y empezó la verdadera medicina, comenzaron las prácticas y las asignaturas que de verdad eran medicina, y creo que ahí fue cuando realmente me di cuenta de que me gustaba, me gustaba el trato con la gente, poder ayudar a las personas, aliviar su sufrimiento. La medicina legal me sigue gustando y quizá termine haciéndola pero también han llamado mi atención especialidades más clínicas. Durante estos cuatro años he aprendido la clase de médico que quiero ser aunque también la que no. He tenido la suerte de encontrarme con muchos médicos que rebosan humanidad, que se entregan a sus pacientes, y con pacientes que son todo gratitud y cariño hacia a ellos y creo que eso es lo que ha acabado de convencerme de que realmente esto es lo que quiero hacer con mi vida. Esta claro que no todo es idílico y que también hay pacientes que van a ser todo lo contrario pero creo que en el fondo me compensa. Me he prometido a mi misma recordar todos los días que voy a trabajar con personas que sufren y espero no olvidarme de eso con el paso de los años.
Marta López Marqués. 6º HUV Valme.
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