Nunca me planteé si estudiar Medicina o no, simplemente sabía que lo haría porque es lo que me haría feliz. Mi madre me decía que con lo aprensiva y sensible que yo soy, que me afecta mucho todo, que me voy a creer que tengo todas las enfermedades del mundo, que soy muy histérica y me pongo muy nerviosa para los exámenes, para estudiar, que me iba a volver loca de ahí a seis años… Mamá, estabas equivocada.
Puede ser lo típico, pero yo empecé Medicina por el hecho de AYUDAR y hacerlo en todo lo que pudiera. Tenía claro que si no entraba en Medicina entraría en Enfermería, y no había ninguna otra opción, quería ayudar evitando la enfermedad, sanando y cuidando a las personas. Como tuve capacidad, fuerza y superación para sacar nota para Medicina, aquí me encuentro hoy escribiendo esto. Yo creo mucho en que las cosas pasan por algo, y creo que si me dieron esta capacidad de estudiar, de retener, de aprender, de comprender, de escuchar, de querer hacer a la gente feliz, creo que este es mi sitio, y no lo he dudado en ningún momento de la carrera.
Mi padre es médico y le he visto trabajar mucho y dormir poco, muchas guardias, muchas noches fuera de casa, muchos juicios y muchas horas delante del ordenador haciendo informes, pero aún así él siempre me ha animado, haciéndome ver que todo esto merece la pena; y si un médico dice eso, es por algo. Que la familia acuda a ti, que cuando se encuentren mal la primera persona en la que piensan en llamar sea a ti, puede ser la mejor forma de demostrarte que confían en ti y confían en que alivies su dolor, y eso es realmente bonito y es lo que engrandece esta profesión.
En estos seis años he aprendido que debo de disfrutar del camino, y no solo fijarme en la meta. No creo que en unos meses acabemos, creo que empezamos algo nuevo, cosas muy bonitas y no tan bonitas nos esperan, pero como digo, hay que disfrutar y aprender de todo lo que nos va llegando. No quiero ser una médico que tenga siempre la cara larga, que vea a sus pacientes como simples enfermedades y que esté muy quemada de su trabajo. Siempre he sabido que quiero ser médico y siempre he sabido qué clase de profesional quiero ser.
Tú, que estás leyendo este blog y buscas motivos para estudiar Medicina, no te voy a decir que esto es vocacional como dice todo el mundo (y en cierta manera yo también lo pienso), no te voy a decir que es la carrera más bonita del mundo (que para mi la es), simplemente decirte que si de verdad quieres dedicarte a esto trates bien a las personas siempre, aún cuando lleves 30 años de profesión y la rutina te alcance. No tratamos enfermedades sino enfermos, y cada persona se merece que nos desvivamos por su bienestar y su felicidad.
Después de estos años mi madre es la que más orgullosa está de mí, la que acude a mí, la que más se alegra cuando apruebo un examen y ve que todo el esfuerzo ha merecido la pena…
Mamá, HE PODIDO, y puedo con mucho más.
Alumna de 6º Medicina de Valme. Universidad de Sevilla.