Los alumnos de la Facultad de Medicina de Sevilla reflexionan sobre las razones y las emociones que los motivan para estudiar medicina. Se invita a participar en el mismo a estudiantes de otras Facultades de Medicina u otras personas interesadas en participar en el mismo con sus comentarios (Students of the Faculty of Medicine of Seville reflect on the reasons and emotions that motivate them to study medicine. Are invited to participate in the students from other medical schools or other interested persons to participate in it with your comments). (Pablo Bonal Pitz).

Curar a la gente es una de las mejores maneras para sentirse bien consigo mismo

Mi decisión sobre estudiar Medicina no fue muy meditada, sino más bien al contrario. Fue en 2º bachillerato cuando lo decidí, a pocos meses de empezar la carrera. Mi madre es médico y siempre me había hablado de lo apasionante que era su trabajo, pero yo nunca le echaba mucha cuenta...

Fue un día, sin venir a cuento, cuando me puse a pensar en lo bonito que sería curar a la gente. La salud es algo que no solemos valorar nunca; sólo lo hacemos cuando carecemos de ella. Por ejemplo, una simple gastroenteritis, con vómitos y diarrea, que todos hemos padecido alguna vez y que generalmente no conlleva ninguna complicación, te supone estar al menos uno o días enfermo y sin poder hacer prácticamente nada, deseando recuperarnos lo antes posible y valorando lo feliz que se está sin padecerla. Me imaginé que sería precioso dedicarse toda la vida a hacer felices a las personas curando en salud. Curar a muchas personas a lo largo de toda una mañana de consulta o de quirófano debe ser un gran motivo para levantarse de la cama cada mañana.

Suelo fijarme mucho en las prácticas en aquellos pacientes que acuden a la consulta de una forma angustiada. Se temen lo peor, el peor diagnóstico. Y es maravilloso ver cómo el médico sabe recibirlos, sabe tranquilizarlos, y sabe cambiar su visión del problema. Hay pacientes que entran por la puerta de la consulta prácticamente con lágrimas en los ojos, y salen de ella con una sonrisa. Esto debe suponerle al médico un gran orgullo y es uno de los principales motivos por los que estudio Medicina.

El problema de esta profesión aparece cuando la enfermedad es incurable. Se ven también casos muy dolorosos, como por ejemplo un niño con cáncer en fase terminal. Como toda profesión, la Medicina también tiene sus inconvenientes, y también forman parte de ella aquellas situaciones de este tipo en las que el médico nunca espera encontrarse, pero que sabe que también tiene que enfrentarse a ellas de vez en cuando. También los palos sirven para formarse como persona.

Para concluir, quiero decir que han merecido la pena estos 6 años de intenso y continuo estudio, y que, por supuesto, estoy convencido de que también merecerá la pena estar sometido a tantas situaciones de estrés y a tantas guardias, con tal de hacer felices a las personas cuando las curemos, ya que un problema de salud física también va a repercutir en la vida psíquica y social de los pacientes. Desde aquí quiero animar a todos aquellos estudiantes de Medicina a que nos apasionemos con nuestro futuro trabajo, a que no lo veamos nunca como una rutina, y a involucrarnos al máximo con cada paciente. Sólo así disfrutaremos plenamente de la Medicina y podremos irnos a casa llenos de felicidad sabiendo que hemos ayudado a muchas personas.

Ángel Vélez Venegas
6º Medicina. Hospital de Valme.

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