Los alumnos de la Facultad de Medicina de Sevilla reflexionan sobre las razones y las emociones que los motivan para estudiar medicina. Se invita a participar en el mismo a estudiantes de otras Facultades de Medicina u otras personas interesadas en participar en el mismo con sus comentarios (Students of the Faculty of Medicine of Seville reflect on the reasons and emotions that motivate them to study medicine. Are invited to participate in the students from other medical schools or other interested persons to participate in it with your comments). (Pablo Bonal Pitz).

¿Existe la llamada de la medicina?

Me encontraba terminando el segundo curso de bachillerato, cuando nuestro tutor entró en el aula algo mas nervioso de lo habitual. Era el primer año que daba clases sin sustituir a nadie y a mi me daba la impresión de que le quedaba todo un poco grande, además mis compañeros no eran precisamente los más adecuados para integrar a un individuo que necesitaba ese empujoncito para que sus cualidades relucieran. Como decía, entró en el aula y comentó: "me han expresado desde el claustro la importancia de que dediquemos al menos una hora en aconsejaros sobre vuestro futuro ahora que es tan inminente". Pues lo que debió ser una charla orientativa contando con una serie de expertos en la materia se convirtió en una pérdida de tiempo de lo más inútil.
Sería injusto hacerle cargar con toda esa responsabilidad a este tutor. Yo ya había tomado un camino antes. A pesar de que siempre me gustó la historia (más bien diría me apasionaba) no me gustaba ligarla a un trabajo diario. La historia me gustaba mucho si, pero como algo que yo pudiera digerir a mi ritmo. Nunca creí en que el yugo templara al hombre, mas bien todo lo contrario.
Aposté por un bachillerato de ciencias porque pensaba que estudiando lo que nos hace vivos, podría comprender un poco más de que iba esta especie de mundo. La filosofía y las letras estaban muy bien, por supuesto, pero los que no hace ser lo que somos va mas allá. Y a decir verdad, las asignaturas relacionadas con esta rama siempre me gustaron y se me dieron bien: física, química, laboratorio...pero había una que asomaba por encimas de las demás: biología. Y a las puertas de acabar mi último curso de bachiller esa era mi preferencia.
Terminé mi examen de selectividad y conseguí una nota que me permitía hacer lo que quisiera, pero bueno, yo ya dije que mi preferencia era biología, ¿qué tenía que pensar?
Fue entonces cuando me llegó la llamada de la medicina. Se que parece muy absurdo y algo mas propio de monjas, curas e iluminados de tres al cuarto, pero la medicina apareció en mi mente cuando ya se estaba jugando la prorroga. Entonces comprendí que estudiar medicina no era un impulso. Esa idea había estado todo el tiempo en mi cabeza pero nunca me atreví a darle crédito, ¿por qué? pues una vez pasados los años, me atrevo a decir a que me negaba a pensar en ella por el miedo a hacer algo que realmente me gustaba pero que sabía que podía exigirme un sacrificio mayor del que estaba dispuesto a soportar.
Estudiar medicina era lo que siempre había querido. Siempre que se hablaba de temas médicos en cualquier contexto pegaba mi oreja con la esperanza de retener algún que otro conocimiento. Cuando alguna amistad pasaba por una mala racha solían hablar conmigo antes que con cualquier otro porque: Sergio, tu me escuchas y me entiendes. ¿Acaso la medicina no consiste en eso mismo? AYUDAR. No quería perder la oportunidad de mi vida, el poder hacer algo que me llenase como persona y que a la vez sirviese para satisfacer a los demás. Pienso que no hay nada mas importante que saber que gracias a ti, otra persona puede subir aunque sea un escaloncito.
Puede que estas líneas suenen a falsas intenciones que esconden otras razones mas oscuras para el ejercicio de la misma como por ejemplo: hacer dinero (pienso que rico te puedes hacer en cualquier carrera), gozar de prestigio social (no me gustan los toros...asi que...), ser respetado (quien no te respete, aunque seas indigente, no merece la pena)...
Han pasado los años y en muchas situaciones la carrera ha podido conmigo en muchos momentos. Ha habido momentos (primer ciclo) en el que pensé en dejar aquello...eso no podía ser medicina. ¿Dónde estaba el paciente? Pero ahora que me encuentro en el último peldaño comprendo porque aposté por ello. No me equivoqué en decidir estudiar medicina. Se que quiero y porque lo quiero y aunque aún me queda muchísimo por aprender, la vocación médica ya me acompañará de por vida.
Porque cuando la medicina te llama, no dudes ni un segundo contestar la llamada.

Sergio Postigo Cruz
Estudiante 6º Medicina HUV Valme
Curso 2011/2012

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