Los alumnos de la Facultad de Medicina de Sevilla reflexionan sobre las razones y las emociones que los motivan para estudiar medicina. Se invita a participar en el mismo a estudiantes de otras Facultades de Medicina u otras personas interesadas en participar en el mismo con sus comentarios (Students of the Faculty of Medicine of Seville reflect on the reasons and emotions that motivate them to study medicine. Are invited to participate in the students from other medical schools or other interested persons to participate in it with your comments). (Pablo Bonal Pitz).

Hoy me siento más próximo a ser médico que nunca y de ello, estoy más que orgulloso


Nacemos como nacemos. El hemisferio, el país o la familia no se eligen. Aún menos el color, ni la inteligencia. La vida nos somete a elecciones múltiples en todo momento. ¿Sí o no?, ¿por aquí o por allá? Son las frases más repetidas de un alma humana ante la duda
Hay gente que decide mal, sino mal, al margen de la ética, la lógica o la moral. Hay gente que elige bien, otros muy bien. Algunos adquieren virtudes socialmente útiles que los llevan a ser personas productivas. Otros muchos aparte de productivos, son "personas que merecen la pena" con todo lo que engloba ese magno concepto.
Y sin embargo... hay otros muchos que no pueden elegir. Son esos los que hay que proteger. Son aquellos individuos contemporáneos a nosotros cuya capacidad de dirigir su propia vida, ha sido injustamente amputada. Son muchos hombres, son muchas mujeres y son muchos aún más niños que sienten y padecen.
Son personas que limitan su vida a vivir el día a día, son personas que parece que no tienen derecho a decidir qué van a hacer mañana, o dentro de un mes. 
Son personas que están desvalidas y faltas de un hálito que sólo con buena voluntad y más aún, buena práctica, se les puede proporcionar.
Sinceramente, no hay nada más bonito que dedicar esas gotas de inteligencia que con sacrificio se cultivan, para saber abrir los brazos y albergar en ellos, a todos aquellos que más lo necesitan. Podía haberla dedicado otra cosa, (Oppenheimer la dedicó a su elaborada bomba atómica), pero no. Tuve una lucidez (que yo tampoco elegí) que a modo de vocación se topó conmigo en el camino.
Cada día veo a mi alrededor que hay gente que está haciendo lo que hace porque conoce a alguien que lo hace, otros porque se creen alguien, pero pocos, muy pocos llegarán a ser alguien.
Ser alguien para mí es evitar una muerte a tiempo, devolver la ilusión perdida, regalar una inmensa caja de esperanza o pintar una sonrisa hasta en la más triste de las caras.
Hoy me siento más próximo a ser médico que nunca y de ello, estoy más que orgulloso.
Víctor Amezcua Hernández, 6º Valme.

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