Los alumnos de la Facultad de Medicina de Sevilla reflexionan sobre las razones y las emociones que los motivan para estudiar medicina. Se invita a participar en el mismo a estudiantes de otras Facultades de Medicina u otras personas interesadas en participar en el mismo con sus comentarios (Students of the Faculty of Medicine of Seville reflect on the reasons and emotions that motivate them to study medicine. Are invited to participate in the students from other medical schools or other interested persons to participate in it with your comments). (Pablo Bonal Pitz).

UN DESEO DESDE NIÑA, Y CADA VEZ MÁS CERCA DE COVERTIRSE EN REALIDAD.

Sinceramente es lo que he querido desde que tengo uso de razón. En realidad no recuerdo el momento exacto en que nació en mí la vocación de ser médico (sí, hablo de vocación, porque para mí la medicina es una de las carreras que más vocación necesita, ya no solo para estudiarla, sino aún más para ejercerla).

Desde pequeña cuando te preguntan en el colegio qué quieres ser de mayor, yo solo recuerdo una respuesta: “Yo quiero a ser médico”. Única y exclusivamente médico, nunca ha existido en mi pensamiento otra profesión que no fuera ésta.

En mi familia nadie es médico, así que no pudo ser una conducta aprendida. Pero el tener que hacer esta reflexión me ha hecho retrotraerme a mi más tierna infancia para intentar buscarle algún sentido a este imperioso deseo.

En esta búsqueda he sacado en claro que mi vida desde pequeña se ha visto vinculada a un hospital. Ya con pocos meses de vida tuve que estar ingresada por bronquiolitis, y cada invierno pasaba unas cuantas temporadas en el hospital con neumonía o bronquitis, así hasta los 6 o 7 años en que me operaron de “amígdalas”. Como es normal de todos esos ingresos no tengo consciencia, pero los últimos por supuesto que sí y de todas mis visitas posteriores al pediatra también. Y cuando recuerdo todo esto me invade un enorme sentimiento de admiración y agradecimiento hacia esos médicos que un día me atendieron.

Creo que el poder ayudar a las personas como un día lo hicieron conmigo, es la razón principal de mi vocación por la medicina. Además que mejor lugar para trabajar que en aquel en el que te sientas a gusto, tranquila y que te de paz interior, y para mí es un Hospital. Sé que puede parecer raro, ya que la mayoría de las personas le tienen pavor, pero es así, a pesar de haber vivido tanto momentos buenos como malos en ellos, me gusta estar ahí.

Cuando comencé a cursar bachillerato mi principal objetivo era sacar suficiente nota en selectividad como para estudiar medicina, y así fue, lo conseguí, y en mi hoja de preinscripción para la universidad solo aparecían dos opciones: Medicina en Sevilla y Medicina en Cádiz.

Estudiar esta carrera me ha supuesto muchos sacrificios, y ha habido veces en que mis fuerzas han flaqueado, pero jamás he dudado que este era el camino correcto. Estudiar medicina puede resultar a veces “un poco” agotador pero una sola práctica en el hospital para mí es una inyección de energía que me permite seguir avanzando.

Ahora que nos queda tan poco para terminar la carrera, siento cierto miedo al pensar tener que enfrentarme al día a día de un hospital, pero bueno supongo que es un sentimiento que tendremos muchos de nosotros.

Para terminar como dijo Albert Einstein Solamente una vida dedicada a los demás merece ser vivida.”

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