Los alumnos de la Facultad de Medicina de Sevilla reflexionan sobre las razones y las emociones que los motivan para estudiar medicina. Se invita a participar en el mismo a estudiantes de otras Facultades de Medicina u otras personas interesadas en participar en el mismo con sus comentarios (Students of the Faculty of Medicine of Seville reflect on the reasons and emotions that motivate them to study medicine. Are invited to participate in the students from other medical schools or other interested persons to participate in it with your comments). (Pablo Bonal Pitz).

Quiero ser médico por su universalidad, por su humanidad, por su sencillez y su complejidad


Son muchos los estudiantes que en algunos momentos de su vida escolar se han planteado  “ser médico”.

Es una profesión clásica y sugerente para todos. Pero: ¿dónde se encuentran las raíces de tantas aspiraciones? Sería una pregunta fácil y a la vez compleja de responder. Fácil en el sentido de que supone un status profesional libre, vocacional, independiente de intereses sociales, económicos, bien considerado dentro de las actividades humanas por su vinculación con las relaciones de los demás, sin vinculaciones de apego clasistas, por lo menos en nuestra sociedad y en nuestros días. Todo el mundo está encantado de tener un médico en la familia. Compleja porque requiere, o por lo menos así lo creo, mucho convencimiento para adentrarse en el amplio, insondable, cautivador mundo de lo que llamamos medicina hoy en día. Todo el mundo quiere ser médico pero pocos están dispuestos a hacer el sacrificio de los años universitarios y posteriores.
Lo difícil es sentirse realmente identificado por ese rumbo especializado de las múltiples facetas que supone ser médico, ¿médico de qué? Nos preguntaría rápidamente cualquier persona, hace poco tomando café con unos conocidos me hicieron esa pregunta y al no tener claro qué responder, me preguntaron si no deberíamos saberlo ya que la carrera es vocacional ¿no? Luego me encargue de criticarla con mis amigas de clase pero me hizo pensar. Nos sentimos identificados con la medicina infantil y pediátrica, con las múltiples cirugías, con la medicina del día a día familiar, la inagotable neurología, la expectante psiquiatría… Por todo lo que supone, por los aspectos sencillos, por los retos que se nos plantean una vez siendo médicos, como proyecto de presente, de futuro y para el futuro, quiero ser médico.

“Ser médico” para mí es un proyecto, no sólo profesional, es un proyecto de vida, de sentirme identificado el día a día con la praxis cotidiana y por la inagotable información presta por descifrar, por descubrir. La medicina de nuestros días ha avanzado mucho, pero nunca como ahora, también nos sugiere los retos por conseguir. De todo ello los médicos son partícipes. Esta dualidad profesional  “lo que puedo” y “lo que podremos” se hace patente en nuestras profesiones más que en ninguna otra. La tecnología, la investigación estrechamente vinculada a la medicina nos presenta un futuro prometedor, estrechamente aleccionador y que ningún médico desprecia.

”Por todo esto quiero ser médico”. Por la grandeza personal y profesional que supone, soy médico en Sevilla, en Europa, en el mundo, en cualquier rincón donde haya seres humanos. Mi profesión me autoriza, me libera, me engrandece, no me ata ni a culturas, ni a idiomas, prejuicios sociales o culturales, clases sociales, un médico colabora, se vincula, se hace de todos en cualquier momento, en cualquier lugar. Por eso quiero ser médico, por su universalidad, por su humanidad, por su sencillez y su complejidad.
Alicia QL
6º de Medicina. HUV de Valme

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