Los alumnos de la Facultad de Medicina de Sevilla reflexionan sobre las razones y las emociones que los motivan para estudiar medicina. Se invita a participar en el mismo a estudiantes de otras Facultades de Medicina u otras personas interesadas en participar en el mismo con sus comentarios (Students of the Faculty of Medicine of Seville reflect on the reasons and emotions that motivate them to study medicine. Are invited to participate in the students from other medical schools or other interested persons to participate in it with your comments). (Pablo Bonal Pitz).

Ya me advirtieron que medicina era una carrera sacrificada pero es que es la más bonita del mundo

Ahora sé que quiero ser médico, pero no recuerdo cuando lo decidí. Mis padres dicen que cuando tenía 5 años. Durante el colegio me esforcé mucho por llegar a un número, una cifra que se nos exige para poder desempeñar esta profesión tan vocacional. Pero cuando comencé la carrera todo fueron desilusiones. Había que estudiar muchísimo y cada tropiezo era un muro que entonces veía como infranqueable para llegar a conseguir lo que en un tiempo pensé que era mi sueño.
Todo cambió cuando empezamos las prácticas en el hospital. El trato directo con los enfermos cambió mi forma de pensar. Me dí cuenta que no me había equivocado de profesión. Que estaba donde quería estar. Que yo quiero ser médico. Una vez me dijo un profesor que la misión del médico era sanar, cuando esto no fuera posible debíamos aliviar, y si tampoco fuera posible debíamos estar ahí para consolar.
Ha sido duro todo el camino recorrido en estos últimos años pero volvería a recorrerlo de nuevo si otra vez me encontrase en segundo de bachillerato y rellenando la lista de elección de carreras. Porque secarle a un anciano el rostro cuando la mascarilla de ventilación se le estropeó es algo que me hizo sentirme realizada como persona. El anciano estaba ahí con el rostro empapado pidiéndome ayuda, y lo que no sabe él es que a mi me hizo un favor. Porque me enseñó que los enfermos son eso, enfermos. Personas que acuden a nosotros en busca de ayuda, se confían a nosotros para que los sanemos, tratándolos con dignidad y por supuesto con cariño. Creo que voy a poner en práctica lo que me enseñó mi profesor pero voy a invertir el orden. Lo primero que voy a hacer y lo más importante es consolar, luego aliviaré y por último intentaré siempre que sea posible curar.
Ya me advirtieron que medicina era una carrera sacrificada pero es que es la más bonita del mundo. No hay otra que me vaya a hacer sentir más realizada. ¿Y la pregunta era que por qué quiero ser médico? Porque dicen mis padres que la vida es efímera y yo la quiero vivir ayudando a los demás.

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